domingo, 29 de abril de 2012


la noche anterior era el terror absurdo de empezar las clases. descompuesta de imposibilidad y espanto, dormí  poco, muy tarde en la noche. me distraje con el reciclado. al despertar, desayuno rápido y el subte, y el tren. el calor era también opresivo, yo misma ese calor, esa atmosfera bajo tierra. Corrí el tren. Subí agitada... rendida. me senté. Primero pensé que el vidrio tenía una mancha horizontal en aerosol purpura. todos miramos enrarecidos. era una tormenta oscura y silenciosa en el horizonte, que avanzaba sigilosa, y pájaros blancos y muy lejanos la picoteaban sin respeto. todo el vagón entumecido, era el fin, melancolía, y esas, las ultimas caras que íbamos a ver, todo el vagón se hermanó en miradas suaves y serias, más humanas que nunca. nadie fue chistoso, ni grosero, ni abrupto, todos estábamos iguales, con un terror contenido y resignado. el cielo se largó a llorar. era un llanto total que envolvía el tren, era el llanto que todos contuvimos, desde siempre. y el tren envuelto en agua, todo corría, yo luego también bajo la lluvia, empapada toda la mañana. pero no fue el fin, y eso tambien pasó.

2 comentarios:

DanielRuiz dijo...

hermoso mi amor, conmovedor

Ayelen de la Cruz dijo...

gracias mi querido! no lo había visto a tu mensaje. te quiero